
A soñar, que curaste con besos y caricias mis heridas.
A negar de que te extraño, y que no tenerte, a mi corazón le hace daño.
Aprendí a llorar sin lagrimas, a gemir sin hacer ruido.
Aprendí, que el amor es un duende, del que mucho se aprende
Ahora debo aprender, a olvidarte y conocer la ausencia y el abandono.
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